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Perspectivas...


Hace un par de semanas estuve parada unos segundos frente al lugar en donde hice mi examen de licencia de conducir un par de veces…sí, yo hice ese examen tres veces y lo gané, obviamente, a la tercera, y estando ahí parada por cuestiones de tráfico, volví a ver el espacio tan inclinado (según yo) en el que me tocó estacionarme dos veces y que fue la causa por la cual perdí ambos exámenes.  Y ¿saben qué?  La bendita “calle super inclinada donde me hicieron el examen”, como la he llamado durante tantos años, está mínimamente inclinada…

 

Esto me hizo reflexionar lo que restaba de camino a casa que todo es cuestión de perspectivas, del momento que estemos viviendo, de las circunstancias que rodean ese momento, de cómo nos encontremos física, mental y emocionalmente.  Cuando estaba en el proceso de tramitar mi licencia de conducir simplemente quería pasar ese examen para poder utilizar el carro que ya había comprado y que había estado utilizando siempre yendo con mi mamá al lado para practicar.  Recuerdo que nos íbamos y regresábamos juntas a los respectivos lugares de trabajo. 


Practiqué con mi mamá varios meses, ya no recuerdo exactamente cuántos, lo que sí recuerdo es que la tercera vez que hice mi examen le dije: “Si no gano esta vez, te regalo el carro”

El tema es que ya cuando me animé a ir al examen, todo iba super bien hasta que tuve que estacionarme en ese espacio “super inclinado” y le pegué a uno de los obstáculos que señalaban el espacio en el que debía estacionarme.  El vehículo que utilizaban era uno diferente al que había estado usando y pues no calculé bien y además de todo estaba inclinada…la segunda vez ya no le pequé a ningún obstáculo, pero según el examinador me tardé unos segundos más de lo “permitido” y tampoco gané.  Esa vez alguien nos dijo que seguro querían que los sobornara para ganar y eso no va conmigo.  Así que la tercera vez fui a una academia autorizada para hacer exámenes y ahí hasta más fácil fue, me di una vuelta en pleno tráfico de sábado en calles bastante transitadas del centro histórico en Guatemala y de pronto me dice el examinador “estaciónese acá” y lo logré, me sentí tan orgullosa.  Y parece que lo que le había dicho a mi mamá antes de ir a hacer el examen fue mi automotivación. 



El punto es que durante más de 25 años contaba la anécdota y siempre decía que lo inclinado del área no me dejó ganar el examen…pero ahora que lo veo, ni está tan inclinado ese lugar, era solo mi perspectiva.  Mi falta de experiencia y los nervios me hacían nada más ver esa mínima inclinación como algo gigante, algo que me impidió ganar, lo que no vi es que ese algo era simplemente la falta de experiencia y fogueo en conducir un vehículo y estacionarlo.  Ahora que vi ese lugar lo entendí.  Lo peor es que me creí todo este tiempo que eso que yo decía era verdad y no es que no hubiera pasado otras veces por el mismo lugar, es solo que esa creencia de hace años se me quedó estancada en la cabeza porque no me había detenido a ver realmente ese lugar.

 



Así nos pasa muchas veces con otras cosas y situaciones en la vida diaria.  Nos suceden, las vivimos, pero siempre nuestra mente y circunstancias nos hacen ver algo que realmente no es y nos angustiamos.  Hace unos días una amiga me comentó que su abuelito decía: ¿tiene solución? SI, entonces no te preocupes y si no tiene solución, tampoco te preocupes…esa es una buena forma de ver las cosas para vivir más en paz.

 

Recomiendo que tratemos de ver, de visitar, de nuevo ese algo que nos esté molestando, perturbando o incomodando y analicemos si podemos verlo desde otra perspectiva y que no pasen más de 25 años para analizar que esto que hoy me atormenta solo es así por el momento y las circunstancias que me rodean.  Tratemos siempre de verle otro lado a las situaciones, es posible que logremos ver algo diferente y de pronto dejemos de atormentarnos con creencias que nos metimos en la cabeza y no nos permiten ver el otro lado del asunto.

 

Puede ser cualquier cosa, desde algún problema con una persona muy querida, alguna situación que nos incomoda en el trabajo, gastos sorpresa, alguien no tan cercano pero que nos está haciendo la vida de cuadritos, incluso una enfermedad…intentemos verlo desde otra perspectiva y analizar qué sería lo peor que podría pasar, en mi caso era perder el examen y mi carro al mismo tiempo, ¿en el tuyo?  Muchas veces me ha pasado que al verlo desde la perspectiva de “qué es lo peor que puede pasar”, encuentro un espacio de paz para pensar tranquilamente en el asunto y de pronto ya no lo veo tan terrible y dramático como lo veía…insisto, es cuestión de perspectiva.


Gracias por leerme y si ven las cosas y situaciones desde otro ángulo y al final les ayuda a angustiarse menos…cuéntenme, me encantará leerlos.


 

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1 Comment

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Juanma
Nov 14, 2024
Rated 5 out of 5 stars.

Me gusta lo de volver al lugar, que puede ser un lugar físico pero también podría ser el lugar en nuestra profundidad ya sea de recuerdos concretos o sensaciones y emocionalidad. Es como hacer un psicoanálisis personal de estos eventos que han dejado una huella en nosotros. Y es de esa manera que podemos ir curando nuestra propia vida de nosotros mismos o de nuestra mente y las sensaciones de esos eventos que nos marcaron. En el caso particular yo también tenia miedo de ir por mi licencia de conducir aún y a sabiendas que yo era capaz de manejar un carro. Pero sentía que era imposible recobrarla. En ese momento en el cual me decidí a hacer el tr…

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